(Justo es que te titules también así mon âme neige) ¡Y SÍ, SON LOS 10 MANDAMIENTOS SE RESUMEN EN UNO: "LO QUE DIOS HA UNIDO NO LO SEPARE EL HOMBRE"! TENGO QUE DECIRLO DE ELLA, PUES NO ME SIENTO UNIDA DE ESE MODO "DIOS HA UNIDO NO LO SEPARE EL HOMBRE", d momento, A NADIE MÁS. ¿Una poética generación de solo dos personas? Así lo quisieron. A ello nos obligaron. ¿Dónde l@s que se sumaron o sumen?

"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!





sábado, 13 de febrero de 2010

Y como nadie, y menos seudopoeta de seudoderechas seudoizquierdas, poetas prostitutas están de ambos sexos, va a silenciarme, algo que tenemos muy claro y si no lo hizo toda la sucia sociedad y la carga de sus espantosas miserias, si morales: las llevan con mucha alegría ellos pues no pesan, los poetas prostitutas están y la sociedad, sujetos sociales a los que representan, aquí estaremos en "Los libros que me impublicaron", perfil y bitácora, diario a diario, uno por libro, mas esta vez protegidos por sus correspondientes copiraights, que me iré construyendo despaciosamente, pues si espero a tener dinero para publicarme en papel...

Que dijo Machado:
Sabe esperar, aguarda que la marea fluya,
-así en la costa un barco- sin que al partir te inquiete.
Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya;
porque la vida es larga y el arte es un juguete.
Y si la vida es corta
y no llega la mar a tu galera,
aguarda sin partir y siempre espera,
que el arte es largo y, además, no importa.

viernes, 12 de febrero de 2010

Arrollando de sinceridad. Un precioso testimonio o poema de Jaime contra Jaime

Contra Jaime Gil de Biedma

De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso,
dejar atrás un sótano más negro
que mi reputación -y ya es decir-,
poner visillos blancos
y tomar criada,
renunciar a la vida de bohemio,
si vienes luego tú, pelmazo,
embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes,
zángano de colmena, inútil, cacaseno,
con tus manos lavadas,
a comer en mi plato y a ensuciar la casa?

Te acompañan las barras de los bares
últimos de la noche, los chulos, las floristas,
las calles muertas de la madrugada
y los ascensores de luz amarilla
cuando llegas, borracho,
y te paras a verte en el espejo
la cara destruida,
con ojos todavía violentos
que no quieres cerrar. Y si te increpo,
te ríes, me recuerdas el pasado
y dices que envejezco.

Podría recordarte que ya no tienes gracia.
Que tu estilo casual y que tu desenfado
resultan truculentos
cuando se tienen más de treinta años,
y que tu encantadora
sonrisa de muchacho soñoliento
-seguro de gustar- es un resto penoso,
un intento patético.
Mientras que tú me miras con tus ojos
de verdadero huérfano, y me lloras
y me prometes ya no hacerla.

Si no fueses tan puta!
y si yo no supiese, hace ya tiempo,
que tú eres fuerte cuando yo soy débil
y que eres débil cuando me enfurezco ...
De tus regresos guardo una impresión confusa
de pánico, de pena y descontento,
y la desesperanza
y la impaciencia y el resentimiento
de volver a sufrir, otra vez más,
la humillación imperdonable
de la excesiva intimidad.

A duras penas te llevaré a la cama,
como quien va al infierno
para dormir contigo.
Muriendo a cada paso de impotencia,
tropezando con muebles
a tientas, cruzaremos el piso
torpemente abrazados, vacilando
de alcohol y de sollozos reprimidos.
Oh innoble servidumbre de amar seres humanos,
y la más innoble
que es amarse a sí mismo!


Oh innoble servidumbre de amar seres humanos,
y la más innoble
que es amarse a sí mismo

Como un eco saltando de piedra en piedra, alma en alma,
que no abriese, ni de tan repetida verdad,
los ojos a estos practicantes de la innoble servidumbre
y parecemos morir si nos la quitan
cuando habríamos llegado a vivir entonces,
lejos del arrastrarse por tugurios sociales de todo tipo,
no sólo bares,
a la búsqueda de esa imbecilidad
de que alguien nos parezca lo mejor del mundo,
más verdad todavía: que nosotros se lo parezcamos a alguien
malgastándonos en esa estupidez de niños malcriados.

la humillación imperdonable
de la excesiva intimidad


¿No lo sienten así,
cuando ese amor se ha ido
que ocupaba tu cama tu lavabo
o tú las de él,
si es que es amor,
cuando sexo perdido
de lo maoseado
las más;
no lo sienten así
hasta los del género masculino,
ya lo veo que sí por Jaime:
humillación imperdonable
de la excesiva intimidad?

Me recuerda a aquel párrafo magnífico
convertido en entrada para mi blog primero en ya.com,
blog, diarios, plural, tan desgarrados,
perdidos destrozados como toda mi obra,
desaparecidos,
entrada que luego repetiría en http://soloveorosas2.blogspot.com/ por aquí;
aquel párrafo magnífico sobre un sueño inquietante:
Sentir asco irreprimible, vómito,
ante aquella lengua que, tan amada,
anduvo paseando por mi boca,
asco tal que si una felación forzada
a la más repugnante entidad sexual.

Perdidos, destrozados, como toda mi obra.
Pues tanto tengo que salvar
que ni me sirvo a mí misma para salvar lo mío.
¿Por dónde empiezo?
Y sigo huyendo hacia adelante
en este precipitarme hacia otra peor humillación imperdonable:
La de no rescatarme de mis propias cenizas
dado que he de hacerlo de la humillación imperdonable.
Cerrado círculo de te pisotearon lo sexual
cuando lo social te pisotearon;
y al revés.

Es mejor recogerse de entre los restos de una borrachera
como Jaime
y contarse a sí mismo lo encantador que se es
si cuando sobrio.
Innoble servidumbre de amar seres humanos
y la más innoble que es amarse a sí propio.

Innoble servidumbre;
pero mejor te tiente esa gotera,
por ahí la ruina,
que ganas te entren de volverte la mano
contra tu propio rostro
y borrarlo de un golpe,
como si ese mismo rostro no estuviese borrado
por cuantas bofetadas de la indiferencia, el odio...
Terminándoles el trabajo sucio a los demás:
Borrando mi rostro.

jueves, 4 de febrero de 2010

Y ese rebelde es siempre el muerto, LA

...Hasta pulverizarse los ojos.
Si miras al abismo, éste te asimila;
si miras a la absoluta rebelión,
no hay camino de vuelta.
Si miras a la cumbre
ella te succiona
como si hubiese desaparecido la gravedad.
Volando libre...
Y es solo mirar una rosa.

La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos

Mirabas a la perfección
al abismo - a la cumbre.
Bien sabe el Cielo
de lo que es arriba es abajo.
El Cosmos sabe que no existe ese punto cardinal,
esa dimensión solo referencia planetaria.
Una aúrea rosa en toda la latitud
y longitud de sus pétalos.
Un "así es la rosa"
no me la toque nadie
pues era mi rebelión.
La rebelión de mis ojos
que ya son un todo con ella.
Polvo de luz, ya no huesos,
cuando ni siquiera pronuncias
la palabra tierra.

martes, 2 de febrero de 2010

El largo y solitario camino de la entropía

Era un muy muy largo camino a solas,
ya lo supiste desde los dieciséis
y ya desde entonces no lo aguantaste
y sin embargo estás en esto
la friolera de más de cuarenta años.
Un muy muy largo camino
con la vista perdida en el inalcanzable
horizonte de la justicia,
ese querer el mundo para el bien de todas sus criaturas,
y no sólo tu especie,
ese querer el bien para el bien
el mal desterrado,
el mal se masacre él solo,
se maten entre ellos sus integrantes,
esos de la intriga,
esos del todo escondido,
todo doblado,
todo bajo la áspera piel
de los sucios intereses
(sexuales si de capital, de capital si sexuales:
en ese mismo lugar del sucio sexo,
los sucios intereses
y al revés)

Has de saber que ningún tiempo futuro es mejor,
aunque al embarcarte en esto lo desconocías.
Hijas de sus padres las generaciones
sólo tienen de nuevo
una sangre más abundante cada vez en sus manos,
sangre más abundante aunque se las embadurnen de harina
para pregonar sus manos blancas,
manos inocentes,
manos exentas de responsabilidades.
Los crímenes de sus padres
están dispuestos a saltar,
hijos contumaces,
a los cuellos de las nuevas víctimas,
se realicen las masacres como se realicen,
se perpetren los silenciamientos.
Ningún tiempo futuro ha sido mejor
a través de cuarenta años,
aunque ahora escribas, igualmente para nadie,
dentro de este soporte que dicen comunicación de todos.
Eso sí, no dejarás de aprender,
eterna estudiante,
una nueva lección cada día,
cada cuarenta décadas:
¡El Conocimiento es ilimitable!
Pretendiste, pretendes,
no dejarás de pretenderlo,
también eterna pretendiente,
ponerle un límite como Cantor
y de cada finito que acotaste
un infinito nuevo nacía...

No llegarás a nada:
Habría de resumirse tu desencanto,
tú desencantadora-hechicera de todas las serpientes
cual tus madres pretéritas,
las Sibilas grecorromanas
Damas iberas,
también ellas herederas de todo su pasado,
de esas civilizaciones desaparecidas, sumergidas.
No llegarás... ¿O sí?
Bueno es conocer los infinitos
para saber que están ahí,
acotados por tu finita mente.

"Cantor descubrió que los conjuntos infinitos no tienen siempre el mismo tamaño, o sea el mismo cardinal: por ejemplo, el conjunto de los racionales es enumerable, es decir, del mismo tamaño que el conjunto de los naturales, mientras que el de los reales no lo es: existen, por lo tanto, varios infinitos, más grandes los unos que los otros. Entre estos infinitos, los hay tan grandes que no tienen correspondencia en el mundo real, asimilado al espacio vectorial R³."
Que dijeron del matemático y su "locura". Vamos, dice la wiki.org
Podríase decir que ¿hay tantos infinitos como mentes?
¡Más grandes las unas que las otras! Por supuesto.
Infinitamente prima en tu infinito,
sabrás que también todos ellos fueron-son primos,
impares, menos uno,
generación tras generación.
¡Nunca pares! Ni de Francia, ni los lores,
ni los duques de Alba nuestros.
Sólo primos,
escalones desmochados por donde las generaciones trepan.
Que más prima la hembra,
es algo de todos ya sabido, al menos en occidente
y aunque no lo reconozcan tampoco en ese punto cardinal.

Un camino a solas. ¡Un lujo de camino!
¿Quién pudo permitírselo?
Desde luego no está aquí hoy para contarlo,
crean, pues, en mi palabra.
Que yo me creo la de ustedes,
a las pruebas todos los libros que me tragué,
hubiese querido vomitarlos...
Sólo por alguna que otra joya perdida.

Camino a solas.
Y ningún futuro será nunca mejor
salvo que el tiempo lo cese,
¡salvo que cesemos al tiempo!
alguna voz autorizada para lo mismo.
¿Y quién te autoriza?, física,
¿haber encontrado la onda que se le escapó a Maxwell
y Einstein fue tan tonto como para no detectar?
¿Nos creemos que Peter y su campo de Higgs
habrán de alumbrarnos ese fotón o bosón
como James Clerk la luz, su velocidad,
la onda que la transportaba?
Ese su campo del vacío, ¿es el correcto?
¿Él acertó a lo que no Einstein, menos yo por lo tanto,
introducirle la masa, el fermión,
al esquivo bosón que encima Einstein mismo
decretó que no nació para eso?
Einstein, tan contradictorio, como todas las mentes grandes,
por mucha manía que yo le tenga:
santificó la velocidad de Maxwell
impidiendo con ello que sus fotones tuvieran masa,
cosa que le niega la superconductividad,
aunque yo también,
¡y quiso introducir la masa en las ecuaciones de Maxwell,
para geometrizarlas, para traerlas a su terreno!
Y, ¡vale!, bien estamos en que la geometría es un mundo de formas,
como la masa;
pero no sólo de formas vive o es ésta.
¡Y aquí la tenemos!:
Luz apresada (Esta luz sepultada,
que dije en uno de mis impublicados)
luz que conoce el destino de toda otra
como su propio destino,
le llamen a esto la inercia de Mach,
lo corroboren los cielos con su masa oscura
como bien viese Milgrom.
Luz apresada; pero luz,
esa que en la oscuridad brillaba
y las tinieblas no la consumieron.
No la consumirán
por mucho que escriban de forma demente
cuantos físicos
sobre el escalofriante futuro del Universo.
Y ese es sólo el escalofrío de su demente conocimiento,
o escaso, inconcluso,
¡y tan matematizado! como estigmatizado.
Algo así como la famosa tercera ley de la termodinámica
que parece, con su descripción,
ser negación absoluta de la primera,
como si dios espíritu pudiera revelarse contra dios padre,
¡Madre!, mi Madre,
mi madre es dios, la madre de todos ustedes,
como si algo escapase a tu Gran Teorema, Noether,
conservaciones y sus simetrías, sus constantes;
algo así como esa famosa ley denominada entropía
y que alguien, ¡maldita sea mi memoria!,
describió de forma tan lúcida:
La entropía es meramente la medida del desconocimiento.
"De un sistema", añadió.

Y si mi largo y solitario camino de la entropía,
de mi propia medida de desconocimiento,
¡¿cómo es que ustedes caminan juntos,
cómo es que todo lo que parece, sólo lo parece,
triunfar va de la mano
y encima diciendo que conocen lo que desconocen,
que pueden echarle escalofriantes destinos encima al mismo Universo,
que la entropía es una descomposición no un desconocimiento,
que la energía que se conserva al final se destruye pues si degenera?!

No escarmientan las generaciones,
ni aun ilustradas por sus dioses,
Einstein queriéndole dar masa a la onda,
aunque sólo geometrizaba.
¡Averiguadle la masa!
Sea el bosón de higgs, el fotón de la superconductividad
y su 1 electronvoltio,
o mi partícula Alfa.
No sabemos cuál más divina,
o cuál más la luz que al final seremos,
pues lo somos,
aunque de ello tenga una idea
esa magnífica teoría que han llamado
tan sosamente, doble relatividad especial,
o relatividad especial deformada,
¿otro intento por dar masa al "fotón",
pues si energía espacio?
No sabemos cuál más divina,
o cuál más la luz que al final seremos,
si además hay otra candidata
que añadir a las que ya dije
y es el divisor en la ecuación de la estructura fina.
A éste y a mi partícula Alfa,
algo deducible también de la famosa ecuación,
me jugué hasta el chaleco de la propia piel que llevo encima
y aguantó veinte años hasta encontrarla
y lleva aguantando otros veinte en solitario,
pues mientras no lo demuestres....
No eres nadie querida.

Grupo poético de Sombra & Sombra. Dentro de mí con ella que es yo