La muerte y la muchacha
abrazadas en el bosque
devoran el corazón de la música
en el corazón del sinsentido
........
Imaginemos a estas dos brujas
chorreantes de sangre musical las comisuras de sus labios,
éstos enteritos tintados en sangre, mejor lápiz labial,
y las mejillas.
También los sonrosados coloretes que inusualmente lucen
estas dos magas nocturnas
en sus habitualmente pálidas mejillas.
Sinsentido no tiene esta voracidad:
Devuelven arterias, alma, al vacío,
al son de su mordisco partiendo
la sonora oquedad
cual el bocado del tiranosaurio
rasgaba el hueso al tiempo que la blanda carne
.....
Todo tan blanco y puro como las rosas de abajo.
una muchacha lleva un candelabro de siete brazos
y baila detrás de los tristes músicos
que tañen violines rotos
en torno a una mujer verde abrazada a un unicornio
y a una mujer azul abrazada a un gallo
......
criaturas en erección
y la mujer azul
en el ojo de la alegría enfoca directamente
la taumaturga estación de los amores muertos.
Te salió de dios: te salió redondo.
Los amores muertos deben ser de lo más taumaturgos.
Sobre todo obran maravillas
a la hora de su escandaloso traspaso:
cuando ya matan al anterior huésped de su cáncer,
aciertan con el corazón siguiente a retorcer.
Lo cual es el caso.
Devolviendo vida a las losas rotas de los cuadros rotos
o tercamente mudos.
Nada me dice, nada me sugiere,
si tristemente a ti
la muerte y la muchacha
tiranosaurio rex para los Schubert destinos,
¡tan schubert, tan schubert,
tan embebidos!
que prácticamente fueron como el no ser
origen del suspiro,
de la vida que así se va,
no a sí.
Y devolviendo la vida a esas pálidas rosas
que más que ensueño floral parecieran
losas
paño sepulcral
incluidas las lágrimas de artificial rocío
incoloro vacío
matinal....
en el ojo de la alegría enfoca directamente.
Más muerte que en la taumaturga estación
....aquella de las rosas rosas tan de los sueños hermosos.
