seguramente ya habré escrito por mis diarios alguna que otra vez.
¿En cuál más propio, más acorde con la Verdad que hay sobre este mundo y el otro? Aquí estoy con vosotros mis queridas víctimas en democracia y en dictadura; aquí, con los desheredados de la Tierra, ¿acaso quise nunca yo formar del otro lado, aunque les haya envidiado, como todo desheredado lo haría, su vida muelle (esa donde la Inspiración, tristemente se fue-ye, y a mí me corresponde estar con ella, esa Inspiración o Inconsciente o Poesis o Amor del que tú hablabas Alejandra y en la columna de mis, ahora dos, diarios "Sexo del alma" y "Sexo del alma 2", te cito, a la derecha como a los elegidos, a lo elegido se tiene, siempre a mano, ¡o a la siniestra si eres zurdo!) ?
Aquí estoy con los que jamás abandonan aunque sean por todos abandonados. Aquí estoy con los gloriosamente solitarios querido Gonzalito, Juli@ para los amigotes, y desde aquí te ofrezco este regalo ya que el email no me admite hacerte estas mandas o envíos. Tu, nuestra, y ya sabes que de mi querida hermana, esa que gozaba tanto con esta canción y su espíritu de inocencia infantil hubiese querido distribuir al mundo que jamás tuvo ocasión de cantar (como tantas veces nosotros) para devolverles algo de lo mucho que los que se decían sus semejantes les sustrajeron, tantas veces, o todas, con violencia, psíquica y física violencia, las dos conjugadas para más agresión al que ni puede defenderse; tu, nuestra, Julie Andrews, ya que tú tan amable te muestras de recordarme mis palabras al SUEÑO DEL AMOR ETERNO escritas, ahora ya hará tres años, en "Solo veo rosas"
Lugar común, en nada destacado, mi, tu, nuestro lugar en el mundo. Lugar común tan sonrisas y lágrimas como esta película.
Y una gran sonrisa me iluminó el rostro sabiendo que estaba tan perfectamente ubicada en mi lugar en el mundo... Que hasta a los lugares comunes, que únicamente sirven para adocenar o convertir en ovejas clonadas a los otros, o informáticos productos sin conciencia, les sacamos provecho.
Esta tragedia de vivir desde el lado honrado del mundo... que convertiremos en sonrisa. Nunca más me dejes maldecir la hora de tu-mi- milagro, aunque no viniese, o sucediese para lo que yo pensé, sino para todo lo contrario: Hundirme más en el pantanal de la injusticia que tanto magnífico cerebro anónimo y su obra se tragó.
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