"El verdadero poema debe ser invisible" -Lorca-

Todavía no me leí el Tratado lógico y filosófico, todo un rimbombante título (así fue siempre la filosofía: rimbombante, ampulosa, todo un constructo del que se rodea el libre pensar de alguien-es, tan científico o menos que otros libre-pensar cualquiera bajo ningún amparo de latinajos y de oscura labor de roedores bibliotecarios) todavía no me lo leí para saber si aquello, libro, el que fuese éste y no una aventura romántico-sexual entre dos condiscípulos
Ludwig Wittgenstein & Adolf Hitler: El amor imposible que trajo sobre Europa and mundo la 2ª guerra mundial , MERECIÓ LA PENA. ¿Qué respuesta nos darían las ya sin voz víctimas de aquella guerra? Para contrastar con la que nos da la intelectualidad tan Wittgenstein, o tan ¡callaos ya so Wittgenstein!, intelectualidad tan Adolf Hitler, o tan los caminos que conducen al éxito más total a todos los Adolf Hitler. Fuese para que en el mundo tuviésemos dos opiniones de lo más contrastadas, víctimas - verdugos, sobre él y lo que en él acontece o no llega a suceder gracias a los caminos, tantos intelectuales, por no decir todos, que empiedran (o llevan de lecho de rosas sin espinas en lecho de rosas sin espinas a todos los miserables, estaría mejor dicho) el éxito a todos los Adolf Hitler de la política economía, del poder en suma, dinero armas.

Yo sé la respuesta que daría: Ningún libro, nada, merece la pena, ningún sacrificio y menos el de la inocencia. Cuánto estaría mejor el que los muertos nos hablasen de su viva voz y no de su voz enlatada en ninguna puta palabra (PUTOS VOCABLOS TODOS ELLOS, PUTOS SI EL MUNDO ESTUVO EN MANOS, ¡Y ESTÁ!, HASTA AHORA, EL MUNDO Y SU SUICO LENGUAJE, EN MANOS DE MENOS DE LA MITAD DEL Gº HUMANO, Gº MACHO DEL MISMO)

Sigamos con lo que venimos a decir: Todavía no lo leí, el tratadito de marras (más bien autobiografía como lo son todos los libros de quienes los escriben) y me tropiezo con este último Lorca, o Lorca impublicado, al cual hice estas anotaciones, seguramente hará la friolera de más de una década:
"Ni pompa de jabón, ni bala de plomo. El verdadero poema debe ser invisible"
He aquí Lorca intuyéndonos,
Lorca como León Felipe
actuando de "nuestra" "voz en el desierto",
pregonando nuestro advenimiento:
EL ADVENIMIENTO DEL POEMA INVISIBLE,
POETA IGUAL.
Carmen en las tinieblas
Carmen en los temblores de las carnes de todos los muertos.
Ellos se recuerdan en mi voz...
y sólo obtienen invisible, tinieblas.
Sus carnes, su materia de entonces,
tal como ahora: invisible tinieblas.
Invisible. Tinieblas.
El verdadero poema no es que deba,
ES QUE ES ASÍ.
Me pruebo en el lenguaje de mis muertos:
Tinieblas de la invisibilidad