Dejadme jugar a mí

Dejadme jugar a mí
dejadme jugar a yo
¡Dejadme jugar!
Quiero
Me toca
Sé

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Me alimento de luces matutinas:
Me revisto de ti.

¿10, 15 años sobre mis palabras? Ellas son de ahora mismo. Jóvenas vosotras, mis jóvenas, mis NUNCA MUERTAS
Éstas no tenían ni libro, garabateadas en una libreta de apuntes.

Me pongo tu alba por montera, ahora diría, mi Alejandra:
Me alimento de ti.
¿Cuál otra luz lila,
alba de dedos malva?

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160 millones de conos y bastones
para ver,
pareciera el ojo un geómetra o un paralítico,
para mirarte.
Una retina muy fóvea,
más geómetra entonces,
éxito de nuestros ojos
máxima acuidad,
con esa agudeza que te retrata
te miro...
o te admiro con 160 millones de células.
Te admiro:
escucho con soles ojos
la llama de tu presencia.
Escucho: Veo
Respiro: Oigo.

Respiro: Oigo,
es lo que me pasó con Alejandra
ahora me digo.
Oigo su voz de treinta años muerta
mientras la respiro,
LUZ RESPIRADA
como de Más Allá de esta vida.
Y terminaba el poema de arriba:

Primero fue el sonido y luego vino la luz
¿Que no está de acuerdo la física cuántica?
Pues examinen la física solar.
No nos parcelemos tanto las especialidades,
que la física misma ignore de la física, todo,
todo cuanto no ataña a su parte.
Dice, más bien graba, la física solar
un sonido un quejido de nuestro padre sol
en sus trasportes magnéticos.