Para acabar con el mundo

El cáncer es una enfermedad degenerativa
que conduciría hacia la generación de algo
si hubiera genes bien informados
en nuestras células o unidades de vida.
Pero resulta que se lanzan a la generación de nuevo tejido
esos genes cambiados, esas células,
sin diseñador alguno,
sin plan previo.

Desde luego que un nuevo hombre ha de nacer,
mi hermana lo creía;
pero no hay ciencia ni conciencia
que lideren el cambio,
no hay ojos limpios.
¡¿Hasta cuándo,
cuántas víctimas más hacen falta
cánceres crímenes atropellos?!
La que haga el número ¿cuál?
¿hará girar los goznes?
Ser ese número, sea por la muerte más común
no precisamente cáncer....

Los que padecieran éste
nos dejaron desconociendo
que ellos bordearon la cúspide que conduce al Nuevo Hombre:
Células, genes mutados,
no sólo las facultades psíquicas.
Un Nuevo Organismo sobre un Nuevo de verdad Mundo
que cumpla aquello de una Nueva Tierra
unos Nuevos Cielos os doy.
Un Nuevo Orden
(desde luego en 1991-92, cuando mi hermana murió esto fue escrito, no me refería para nada a esta criminalidad política que han llamado así desde EEUU)
Un Cosmos limpio.
Lugar vivible:
Obra de arte posible,
obra de tus manos,
que te matan arrebatándote el pincel el verso,
¡que te mata dios!,
¡¿este del que suplicamos el cumplimiento de la palabra dada?!
¡Hermana
no hay más palabra que tu torpe muerte ideada por un sádico
(hoy diríamos "el sepulturero de los cielos" de Pizarnik. Tan tarde como 1991-1992, ¡20 años después de su muerte!, y yo aún no la conocía, si la cultura es cultura, si está impresa en el mundo que vivimos, no sólo la analfabeta España, ¡si la justicia es justicia, ¡si hay justicia! ¿No es algo imperdonable para el mundo sobre todo para este hablado en español, pues él ha cometido el atropello, en él estamos, que fuese eso posible, yo desconociéndolo todo de ella A. Pizarnik sólo por no pertenecer a las élites parasitarias, por el dinero la política designadas, que constituyen lo que llaman "cultura" no siendo otra cosa que un escupitajo en las conciencias, insulto a la cordura, a la legalidad? Pero dejemos este asco para lugar y tiempo donde abonarme deban todas estas élites parasitarias que yo, no hace falta más dios, juzgaré. Ya juzgo: Escribo)
¿qué Nuevos Cielos Nueva Tierra prometiera que no fuesen el esfuerzo de nuestras manos,
sangre a torrentes de nuestras vidas de tantos modos masacradas?!

¡Maldigo el vocablo dios con toda su porquería!
que igualmente gritaría la camarada Violeta
no sólo del amor y su tanta.