Por ello nuestros dos hombros se funden en esta unión sin tiempo, 1972-1998-2002-2008, como el ala que son.
Y esta reflexión precisamente de ese año, 1998, cuando me pillaron esa foto que acompaña a Alejandra arriba en la presentación de este diario:
Quiero que os preguntéis algo ¿Es internet la vuelta de Jesucristo o primera venida del Mesías del pueblo judío, o la encarnación de la Bestia?
Internet será aquello que dejará las calles, las ciencias, las conciencias, a merced de los zombis (de candidatos a encarnar la Bestia, aunque sus cabezas ya se sabe son más de una, siempre algo nacido en Norteamérica. Microsoft, Google. Apunto ahora)
No olvidemos una filiación: Internet si vino, los milicos lo trajeron.
¿De un malo puede salir algo bueno?
Los Cristos que son masacrados por tener la osadía de tomar las calles para el Verbo, calle que perteneció pertenece a la barbarie siempre... Lo que corroborará definitivamente internet...
¡¡Joder con la profecía que me dicté hace diez años!! Y continúa profetizando:
Los Cristos serán sustituidos por otros mártires peores que ni acceso tendrán a expresarse (¿Se le puede llamar expresión, su libertad, a lo que hago ahora yo aquí, sin destinatario que sólo el dinero da?) pues marginados quedarán definitivamente. Ya que difícil es que el que nace sin pan debajo del brazo vaya a venir al mundo, en cambio, con equipo informático.
La mejor herramienta, esto de lo informático, del que lanza su voz exponiendo a los cerdos de los silenciadores la perla de su laringe, vuelta contra su usuario más legítimo.
¡Y vaya, que yo me abrazo a mí misma en ese profético final! Profecía que me hice para hoy y este año, o desde 2005 aquí, profecía que me hice allá cuando todo esto de internet despegaba en España año 1998
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